Su hiperactividad,
su repetición y su inquietud a veces aguza el ingenio de quienes la rodeamos.
Lo último, jugar con el iPad.
Y es que siempre
que lo ve por la sala de estar le echa el ojo y pregunta qué es. Así que un día
que ya había terminado con la paciencia de todos hizo la mágica pregunta: “¿qué
es esto?”
Sin pensarlo dos
veces lo abrimos, elegimos uno de los juegos para niños y le explicamos la dinámica
pero era un poco difícil para ella por lo que decidimos cambiar de aplicación.
En esta ocasión elegimos Puzzle Bobble, conocido como el juego de las bolas de
colores.
Le dijimos que tenía
que intentar juntar 3 o más bolas de un mismo color para que se explotasen pero
no llegaba a entender las reglas. Entonces recordamos que con el pequeño de la
casa para que aprenda los colores en otros idiomas jugamos diciéndole que toque
con el dedo las bolas del color que le digamos e intentamos la misma dinámica
con ella. “Rojo, verde, amarillo, rojo, otra vez rojo…” y esto sí funcionó.
Le gustaba, le
entretenía y probablemente hacía trabajar a sus neuronas y activar su memoria.
Todo un descubrimiento al que ahora recurrimos de vez en cuando.
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